El invierno parece una inhibición del desarrollo.
La fluidez se limita, y el frío contrae.
La respiración se aquieta.
Como la tortuga en invierno
todo parece morir, pero sin embargo
la vida esta concentrada en la semilla.
Uniendo la mente y el cuerpo
en su centro, nos hace conscientes en medio del sueño de la vida.
El movimiento verdadero yace aunque pequeño en el centro.
Todo junto a la esperanza crecerá en la potencial semilla.
Porque en primavera "la mejor estación"
todo crece desde el centro.
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Tanto en la vida como en el deporte, el miedo nos contrae.
ResponderEliminarEl movimiento del cuerpo pierde la fluidez y el placer de la expansión.
Las sensaciones pueden llegar a limitarse tanto, que nuestro esquema corporal se desdibuja.
El miedo se asocia al invierno por su contracción y las inhibiciones psicológicas como efecto invernal detienen la fluidez. Cuando nos liberamos de ellas el cuerpo retorna a la vida cálida, y fluida de la primavera, y al movimiento desinhibido y pleno.
se fue el verano...
ResponderEliminarla enredadera
se extendió por mi muro
en tan lenta caricia,
abriendo caminos.
y en tan lenta caricia
se retirará del muro
dejando esos surcos secos
hasta la próxima estación
ahora busca el origen
va hacia el centro
hacia abajo
buscando la raiz
tan lento el péndulo
de su respiración
que se vuelve imperceptible
la paradoja del retorno
para seguir avanzando